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POZOLE: VERDE, BLANCO O ROJO, PERO SIEMPRE FESTIVO

  • Foto del escritor: Jorge Samper
    Jorge Samper
  • 6 jun
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: hace 1 día



En México, pocas cosas unen tanto como una buena olla de pozole. Es el plato que aparece en fiestas patrias, cumpleaños, domingos familiares y por supuesto, en esas crudas históricas (resacas de campeonato). Pero el pozole no es solo comida: es historia, es ritual, es identidad. Y aunque puede ser blanco, verde o rojo, siempre es motivo de celebración.



Un platillo con historia ancestral

La palabra pozole viene del náhuatl pozolli, que hace referencia a algo hervido o espumoso, en referencia al maíz cacahuazintle, que, al cocerse, se abre como si fuera una flor y suelta almidón, creando una espuma característica en el caldo. En tiempos prehispánicos se preparaba en rituales religiosos y posterior al siglo XVI, se transformó en el platillo que conocemos hoy con varias adaptaciones a lo largo del tiempo, cambiando ingredientes pero manteniendo su espíritu de celebración.



Tres colores, tres sabores

Ademas del maíz el pozole se prepara con carne, normalmente de cerdo o pollo y cada región de México le da su propio toque.


  • Pozole blanco: el más simple y versátil, sin chiles en el caldo. Se sirve con guarniciones como lechuga, rábano, orégano, cebolla y limón. Es típico del centro del país.

  • Pozole rojo: condimentado con chiles secos como guajillo o ancho. Tiene un sabor profundo, especiado y festivo. Se originó en Jalisco, pero se prepara en muchas partes de México.

  • Pozole verde: Se elabora con tomatillo, chile verde, pepita (semilla de calabaza) y hierbas. Es muy típico de Guerrero, donde además existe la tradición del jueves pozolero.



Un plato para celebrar

El pozole está hecho para compartir. Se sirve en grandes ollas al centro de la mesa, se adorna al gusto y siempre va acompañado de tostadas, crema, aguacate o chicharrón. Es el protagonista absoluto cada 15 de septiembre, pero también se deja ver en ferias, bautizos, bodas o cualquier pretexto para reunirse.


En lugares como Guerrero y Morelos, existen ferias y festivales dedicados exclusivamente al pozole, donde se prueban versiones tradicionales y otras más creativas: con mariscos o vegetarianas.



Más que sabroso, saludable

Aunque no lo parezca, el pozole es una comida bastante completa. Aporta maíz (cereal), carne (proteína) y verduras frescas. Tiene fibra, energía, vitaminas y puede ser bajo en grasa si se prepara bien. No solo llena el estómago: también nutre y alimenta el alma.


En Si nos dejan, lo servimos rojo. Con ese sabor profundo a maíz, chile y tradición, el que siempre sabe a fiesta. Lo preparamos con maíz cacahuazintle, espinazo de cerdo y nuestra mezcla casera de chiles secos, servido con todos sus acompañamientos.

Si nunca lo has probado, no sabes lo que te estás perdiendo. Y si ya lo conoces, sabes que siempre se antoja otro plato.

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