DEL AGAVE AL ALMA: EL CAMINO DEL TEQUILA
- Jorge Samper
- 16 may
- 2 Min. de lectura

En esta entrada, exploraremos los aspectos esenciales del tequila, incluyendo su origen, proceso de elaboración y variedades.
¿Qué es el tequila?
El tequila es un destilado de agave, elaborado exclusivamente con la variedad Agave tequilana Weber azul, y producido solo en ciertas regiones de México. La más conocida es Jalisco, pero también se permite su elaboración en zonas específicas de Guanajuato, Michoacán, Nayarit y Tamaulipas.
Desde 1974 cuenta con denominación de origen, lo que significa que solo puede llamarse “tequila” si cumple con las condiciones de origen, especie de agave y métodos de elaboración regulados por la norma oficial mexicana.
¿Cómo se elabora?
El proceso tradicional incluye varias etapas:
Jima: se corta la planta y se extrae la piña (el corazón del agave).
Cocción: las piñas se cuecen en hornos (de vapor o autoclaves) para convertir los almidones en azúcares fermentables.
Molienda: se extrae el jugo del agave cocido.
Fermentación: el jugo se fermenta con levaduras para convertir los azúcares en alcohol.
Destilación: normalmente en dos etapas, hasta obtener el tequila base.
Maduración (si aplica): en barricas de roble, dependiendo del tipo de tequila.
¿Cuántos tipos de tequila existen?
El tequila se clasifica según su grado de envejecimiento:
Blanco: no pasa por barrica. Es el más puro, con notas vegetales y cítricas. Ideal para coctelería, pero también para beber solo.
Reposado: envejece entre 2 y 12 meses en barrica de roble. Adquiere tonos dorados y sabores suaves a vainilla o caramelo.
Añejo: de 1 a 3 años en barrica. Más oscuro, con cuerpo, notas amaderadas y especiadas.
Extra añejo: más de 3 años en barrica.
Adicional a las anteriores, existe una categoría llamada joven u oro, que consiste en tequila blanco mezclado con reposado, añejo o extra añejo, o bien con aditivos permitidos. De igual manera, existe una categoría que se podría decir que es menos popular o con un proceso distinto a los mencionados antes: el tequila cristalino, un añejo filtrado que recupera el transparente de un tequila blanco, pero con el cuerpo de un destilado madurado.
¿Cómo se toma el tequila?
El tequila no necesita limón ni sal. Esa costumbre nació para disimular el sabor de tequilas o beberlo de un solo trago. Cuando se trata de un buen tequila, lo correcto es:
Servirlo solo, a temperatura ambiente, en una copa o caballito.
Tomarlo despacio, sin prisa. Nada de shots.
El tequila también es la base de grandes clásicos como el cóctel Margarita, tequila sunrise, o la paloma.
Una historia que se bebe sorbo a sorbo
Cada tipo de tequila, ya sea blanco, reposado, añejo o incluso cristalino, tiene algo que contar. Es un universo de sabores esperando a ser explorado.
Hablar de tequila es hablar de lo que nos da la tierra, de tiempo, dedicación, de manos que trabajan una tradición y de generaciones que han perfeccionado un arte. No es solo una bebida: es una expresión de identidad, una forma de celebrar, de acompañar y de honrar nuestras raíces.
En Si nos dejan, no solo lo servimos: lo celebramos. Queremos que esa historia llegue intacta a tu mesa. Y si además va acompañada de buena comida y buena compañía, entonces ya no es solo un trago: es un momento para recordar.
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